¡Hola! 👋
A través de una serie de preguntas y respuestas repasamos todo lo que necesitas saber sobre Leptospirosis en perros 🦠
Vamos con la segunda parte 🤓
Tratamiento y pronóstico
¿Cuál es el tratamiento antimicrobiano recomendado?
Basado en la elevada morbilidad / mortalidad y el riesgo de transmisión zoonótica, los perros con sospecha de leptospirosis deben tratarse con antimicrobianos apropiados.
La estrategia tradicional ha sido combinación secuencial de derivado de penicilina IV inicial para suprimir bacteremia, seguido de doxiciclina oral para evitar persistencia intrarenal.
Los perros con leptospirosis deben tratarse con doxiciclina a dosis de 5 mg/kg cada 12 horas oral durante 2 semanas.
¿Cuándo cambiar a terapia con penicilina?
Si la presencia de vómitos u otras reacciones adversas impiden administración de doxiciclina, los perros deben tratarse inicialmente con ampicilina (20-30 mg/kg IV cada 6-8 horas), amoxicilina (20-30 mg/kg IV cada 6-8 horas), o penicilina G (25,000-40,000 U/kg IV cada 6-8 horas).
Para penicilinas, se recomienda duplicar el intervalo de administración en perros con lesión renal aguda IRIS Grado 4 y superior (concentración de creatinina sérica > 5 mg/dL).
¿Cuáles son los componentes del tratamiento de apoyo?
Se debe priorizar el manejo apropiado de fluidos, electrolitos, equilibrio ácido-base y presión sanguínea.
Se recomienda el apoyo nutricional temprano y proactivo, manejo del dolor individualizado, oxígeno suplementario, ventilación mecánica, y terapia de reemplazo renal a corto plazo en casos severos.
Debemos prestar especial atención a evitar la sobrecarga de fluidos yatrogénica, la cual puede exacerbar la disfunción orgánica.
Los diuréticos pueden aumentar la producción de orina pero son inefectivos e incluso perjudiciales para la prevención y tratamiento del daño renal agudo en muchos casos.
¿Cuál es la recomendación nutricional?
El uso de dietas para pacientes con enfermedad renal puede no proporcionar necesidades suficientes de proteína en animales en proceso de recuperación de daño renal agudo por leptospirosis.
Además, el contenido de grasa puede predisponer o exacerbar la pancreatitis concurrente.
Se recomienda una dieta altamente digestible, con un contenido proteico de normal a elevado, con contenido energético suficiente para garantizar la recuperación gastrointestinal y minimizar el catabolismo lo antes posible.
El uso de sondas de alimentación (ej. naso-esofágicas, esofágicas o yeyunales) facilita apoyo nutricional eficiente y temprano con riesgo mínimo de complicaciones.
¿Qué se recomienda para disfunción hepática?
Puede considerarse manejo de daño oxidativo e inflamación usando derivados de la S-adenosilmetionina, silimarina, vitamina E o ácido ursodeoxicólico.
Sin embargo, no hay ensayos reportados de estos agentes en pacientes con leptospirosis por lo que se necesita más evidencia antes de puedan recomendarse de una forma categórica.
¿Cuál es el rol de la terapia con plasma?
El abordaje terapéutico de los trastornos hemostáticos depende del mecanismo predominante sospechado en cada paciente.
El tratamiento puede incluir la reposición de los factores de coagulación consumidos mediante transfusiones de plasma fresco congelado, pudiendo requerirse el intercambio de plasma para evitar la hipervolemia.
En animales con leptospirosis, debe adoptarse un enfoque proactivo, especialmente cuando existe hepatopatía, trombocitopenia urémica, ulceraciones gastrointestinales, hemorragia pulmonar o hipertensión sistémica, ya que las complicaciones hemorrágicas pueden volverse rápidamente fatales.
¿Cuándo considerar terapia de reemplazo renal?
La leptospirosis constituye una de las causas etiológicas más frecuentes para la implementación de terapia de soporte renal extracorpóreo, presentando un elevado potencial de recuperación favorable.
Las principales indicaciones para la hemodiálisis incluyen la corrección de la hiperkalemia, la azotemia grave, los desequilibrios hídricos, la acidosis metabólica y la presencia de comorbilidades sistémicas acumulativas.
Se recomienda iniciar la intervención dialítica de forma temprana, con el objetivo de prevenir la morbilidad asociada a la lesión renal aguda, más que utilizarla como medida de rescate tardía.
Asimismo, se sugiere la derivación temprana a centros especializados en terapia de soporte renal para perros con daño renal agudo IRIS Grado 4, particularmente cuando la concentración sérica de creatinina supera los 5 mg/dL.
¿Cuál es la recuperación esperada con terapia de reemplazo renal?
La terapia de reemplazo renal amplía la ventana de recuperación al restablecer los equilibrios de fluidos, electrolitos y ácido-base, además de proporcionar soporte nutricional y mantener una calidad de vida aceptable durante la fase crítica del fallo renal.
En la mayoría de los casos, el apoyo dialítico no se requiere por más de una a dos semanas.
En un estudio realizado en 36 perros con leptospirosis, más del 80 % presentó recuperación tras daño renal agudo grave cuando fueron tratados con terapia de reemplazo renal, luego del fracaso del manejo médico conservador previo.
¿Cómo monitorizar la respuesta al tratamiento?
Se debe considerar realizar panel de bioquímica sérica en perros con leptospirosis aguda cada 24 horas durante hospitalización para monitorizar:
Función renal.
Concentración de bilirrubina y proteínas totales.
Actividades de enzimas hepáticas.
Proteína C reactiva.
Estado electrolítico y ácido-base.
También se debe considerar monitorizar el microhematocrito cada 24 horas y el hemograma cada 48 horas durante la hospitalización.
¿Cuál es la recuperación esperada de los parámetros bioquímicos?
El tratamiento suele asociarse con un retorno gradual de las concentraciones séricas de urea, SDMA y creatinina a los rangos de referencia en un periodo de aproximadamente 10 a 14 días.
La regeneración del tejido renal puede prolongarse durante semanas o incluso meses, y pueden persistir grados variables de daño residual a largo plazo.
La concentración sérica de bilirrubina tiende a disminuir más lentamente que las actividades enzimáticas de ALT y ALKP.
Por lo general, los recuentos plaquetarios muestran mejoría dentro de la primera semana tras el inicio del tratamiento antimicrobiano, mientras que las concentraciones de proteína C reactiva suelen reducirse entre los 4 y 10 días posteriores al comienzo de la terapia.
¿Cuáles son los factores pronósticos negativos?
Entre los factores pronósticos negativos en perros con leptospirosis se incluyen la hiperbilirrubinemia y la hipocoagulabilidad.
En un estudio que evaluó 254 perros con leptospirosis aguda, una concentración sérica de bilirrubina ≥ 0.6 mg/dL se asoció de manera significativa con muerte o eutanasia.
El síndrome de hemorragia pulmonar asociado a leptospira presenta tasas de mortalidad de hasta el 70%, aunque también se han descrito formas más leves que pueden resolverse con tratamiento antimicrobiano adecuado.
¿Existe un sistema de puntuación pronóstico?
Se ha desarrollado y validado un sistema de puntuación clínica para evaluar perros con daño renal agudo tratados mediante hemodiálisis.
Puntuaciones más elevadas se correlacionan con un peor pronóstico.
El “modelo C de Segev”, utilizando un punto de corte de 19,9, ha mostrado la mejor combinación de sensibilidad y especificidad, prediciendo correctamente los desenlaces de supervivencia en un 80–87 % de los casos.
Este modelo incorpora un factor de ponderación específico para la leptospirosis, lo que mejora la estimación de la probabilidad de supervivencia.
No obstante, dado que las predicciones pueden ser inexactas al aplicarse a pacientes individuales, su uso debe limitarse como guía orientativa para la toma de decisiones terapéuticas, y no debe emplearse para disuadir a los tutores de buscar tratamiento.
Prevención
¿Qué vacunas están disponibles?
En América del Norte, las vacunas contienen serovares Icterohaemorrhagiae, Canicola, Grippotyphosa y Pomona.
En Europa, las vacunas tetravalentes contienen Icterohaemorrhagiae, Canicola, Grippotyphosa y Australis. V
Las vacunas monovalentes y bivalentes para serogrupos Icterohaemorrhagiae, Canicola o ambos, permanecen disponibles en muchas ubicaciones geográficas pero pueden no ser adecuadas para proteger contra serovares comúnmente encontrados.
¿Cuál es la eficacia de las vacunas?
Una revisión sistemática y meta-análisis de ensayos experimentales de 21 vacunas comercialmente disponibles encontró > 80% de protección contra enfermedad clínica y estado de portador renal en perros.
Sin embargo, los ensayos típicamente involucraban dosis altas de leptospiras administradas intraperitonealmente, condiciones que no imitan la exposición natural.
Las vacunas protegen por al menos 12 meses, con varios fabricantes proporcionando garantía de protección de 15 meses después de la administración apropiada.
¿Cuál es la inmunidad inducida por la vacuna?
Las bacterinas leptospirales actualmente disponibles inducen inmunidad específica frente al serogrupo incluido en la vacuna, aunque algunos estudios han documentado cierto grado de inmunidad cruzada parcial frente a serogrupos heterólogos.
Se han reportado casos de leptospirosis en perros completamente vacunados con vacunas tetravalentes, lo que concuerda con una eficacia inferior al 100% de las bacterinas.
No obstante, dichas infecciones parecen ser poco frecuentes.
Sin embargo, la información publicada sobre la incidencia de leptospirosis naturalmente adquirida en perros vacunados sigue siendo limitada.
¿Cuál es el protocolo de vacunación recomendado?
Las vacunas contra leptospirosis requieren una serie inicial de dos dosis aplicadas con un intervalo de cuatro semanas, que puede iniciarse en cachorros a partir de las 12 semanas de edad o en etapas posteriores.
Posteriormente, se recomienda la revacunación anual en todos los perros, sin distinción de raza, dado que la leptospirosis es una enfermedad zoonótica potencialmente grave o fatal incluso con tratamiento, y la exposición puede ocurrir independientemente de la edad, ubicación geográfica o estilo de vida del animal.
¿Hay recomendaciones especiales para perros de refugio?
Debido a que se ha documentado seroconversión subclínica en perros alojados en refugios, se recomienda administrar la vacunación inicial y el refuerzo separados por tres semanas en el momento de la admisión.
Además, la vacunación contra leptospirosis debe ser un requisito para perros en instalaciones de hospedaje, guarderías o centros de adopción, ya que se han reportado brotes asociados con este tipo de entornos.
¿Qué vacuna seleccionar?
En ausencia de datos de cultivo o serotipificación que identifiquen los serovares circulantes en una región determinada, deben emplearse vacunas que contengan la mayor variedad posible de serovares.
Los resultados de seroencuestas basadas en pruebas MAT no deben utilizarse como criterio para seleccionar una vacuna cuando existan múltiples formulaciones disponibles.
No hay evidencia que indique que la estacionalidad influya en la eficacia o en el momento óptimo de la vacunación.
¿Se recomienda revacunar después de infección natural?
Aunque no se ha documentado recurrencia de leptospirosis en perros tras un tratamiento adecuado, se recomienda la vacunación tan pronto como sea posible después de la recuperación clínica. Esto se debe a que:
Los perros recuperados permanecen en riesgo de exposición continua al mismo u otros serogrupos.
No se ha establecido si la infección natural confiere inmunidad de por vida.
Se requieren más estudios para determinar la verdadera duración de la inmunidad y el grado de protección cruzada entre serovares específicos tras la infección natural.
¿Hay reacciones adversas de vacunación?
Las vacunas leptospirales presentan un perfil de efectos adversos inmunológicos comparable al de otras vacunas administradas por vía parenteral.
Factores propios del paciente, como la raza y el tamaño corporal, pueden influir en la probabilidad de reacciones adversas, independientemente del origen antigénico de la vacuna.
Investigaciones realizadas hace dos décadas identificaron concentraciones elevadas de seroalbúmina bovina en algunas vacunas que contenían componentes de Leptospira, lo que podría explicar reacciones mediadas por IgE tras la vacunación.
Sin embargo, estudios más recientes indican que el contenido proteico, las concentraciones antigénicas y las tasas de eventos adversos graves no son mayores en las vacunas contra leptospirosis que en las de moquillo, parvovirus o rabia.
¿Qué otros métodos de prevención se pueden aplicar?
Además de la vacunación, las medidas preventivas incluyen:
Limitar el acceso de los perros a posibles fuentes de infección, como zonas pantanosas o cuerpos de agua estancada
Reducir el contacto con hospedadores reservorio tanto silvestres como domésticos mediante el uso de cercas, control de roedores y buenas prácticas de manejo ambiental.
En breve compartiré la tercera parte donde revisaremos las implicaciones referentes a la salud pública 🤓
¡Gracias por formar parte de VETPIL! 😊
- Carlos Martínez Gil