¡Hola! 👋
A través de una serie de preguntas y respuestas repasamos todo lo que necesitas saber sobre Leptospirosis en perros 🦠
La información contenida en esta publicación deriva del consenso sobre Leptospira publicado en 2023. Vamos con la primera parte 🤓
Introducción
¿Qué es la leptospirosis y qué la causa?
La leptospirosis es una enfermedad zoonótica causada por la espiroqueta Leptospira, un patógeno bacteriano que infecta a una amplia variedad de mamíferos y animales poiquilotérmicos en todo el mundo.
Existen más de 300 serovares diferentes basados en los antígenos de lipopolisacárido de su membrana externa.
Estos se organizan en serogrupos relacionados antigenicamente, aunque la clasificación tradicional ha evolucionado hacia métodos de tipificación basados en secuencias de ADN.
¿Cuáles son los reservorios principales de Leptospira?
Los roedores son los reservorios más importantes a nivel mundial, especialmente Rattus norvegicus (rata parda), con una prevalencia de infección del 30% mundialmente, que supera el 80% en algunas regiones.
Sin embargo, otras especies de vida silvestre y animales domésticos también juegan un papel importante en la epidemiología de la enfermedad.
¿Cómo se transmite la leptospirosis a los perros?
Los perros se infectan cuando las mucosas o la piel erosionada se exponen a cepas patógenas que se eliminan a través de los túbulos renales de los hospedadores infectados.
La transmisión ocurre principalmente por exposición a suelo y agua contaminados.
Sin embargo, también puede ocurrir por contacto directo con hospedadores reservorio, incluyendo depredación, heridas por mordedura, y transferencia venérea y placentaria.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Todos los perros están en riesgo de leptospirosis, independientemente de su edad, raza, ubicación geográfica o estilo de vida.
Sin embargo, ciertos factores aumentan el riesgo:
Regiones con mayor precipitación anual y clima cálido.
Presencia de aves de corral en patios traseros, compostaje o mala sanidad
Acceso a agua estancada y áreas pantanosas.
Los brotes también se han reconocido en ambientes de guarderías caninas o perreras, posiblemente por transmisión directa perro-a-perro o roedor-a-perro.
¿Qué cambios ha habido en la epidemiología de leptospirosis?
Desde la introducción de vacunas tetravalentes a mediados de los 2000, la leptospirosis se reconoce predominantemente en perros no vacunados o vacunados con vacunas bivalentes.
Se ha documentado en perros de raza pequeña de áreas urbanas, cachorros jóvenes (11 semanas), perros geriátricos, perros de áreas rurales y perros inadecuadamente vacunados.
¿Qué papel juegan los gatos?
Aunque existe evidencia serológica generalizada de infección en gatos domésticos, se consideran resistentes a la enfermedad comparados con otras especies.
Sin embargo, leptospiras patógenas se han detectado en la orina de hasta el 20% de gatos aparentemente saludables mediante PCR y cultivo, sugiriendo que los gatos pueden actuar como hospedadores reservorio.
Otros estudios muestran una prevalencia más baja (0-5%), aunque se recomienda considerar a los gatos como posible fuente no reconocida de leptospiras patógenas.
Fisiopatología y manifestaciones clínicas
¿Cómo afecta Leptospira al cuerpo del perro?
Después de entrar por mucosas o lesiones de piel, las leptospiras patógenas entran al torrente sanguíneo y se diseminan rápidamente por todo el cuerpo.
Utilizan múltiples estrategias para evadir el reconocimiento inmunológico innato.
Mediante su movimiento de sacacorchos, invaden eficientemente los tejidos en los bordes gel-líquido, como las paredes vasculares.
Se unen a la cadherina de los endotelios vasculares, debilitando las barreras endoteliales.
Esto contribuye al desarrollo del síndrome de hemorragia pulmonar por leptospira.
¿Cuáles son las manifestaciones más comunes?
Aunque las manifestaciones más prominentes reflejan nefritis tubulointericial aguda y disfunción hepática, la enfermedad es multisistémica.
Los riñones y el hígado usualmente se afectan juntos, aunque ocasionalmente se reconocen de manera aislada.
Se describe meningitis aséptica en hasta el 25% de humanos y parece ocurrir en perros.
El daño hepático resulta de la disrupción de uniones intercelulares de hepatocitos por las espiroquetas.
Las leptospiras también tienen efectos citotóxicos directos en plaquetas, incluyendo destrucción y desadherencia.
¿Cuáles son las manifestaciones clínicas por órgano afectado?
Riñones: Vómito, diarrea, deshidratación, letargo, inapetencia, poliuria, polidipsia, oliguria, anuria, dolor abdominal.
Hígado: Ictericia además de signos gastrointestinales.
Pulmones: Taquipnea, hemoptisis, ruidos respiratorios aumentados (asociado a “síndrome de hemorragia pulmonar”).
Coagulación: Petequias, equimosis, hematuria, melena, hematemesis, epistaxis.
Otros: Pancreatitis, uveítis, arritmias cardiacas, miocarditis, vasculitis.
A continuación te dejo un ejemplo radiográfico en un perro con “síndrome de hemorragia pulmonar leptospiral” que muestra un patrón broncointersticial-alveolar mixto difuso (izquierda) y un patrón micronodular (derecha).
¿Cuál es el curso típico de la enfermedad?
La fase febril inicial es frecuentemente inespecífica.
Algunos perros pueden presentarse en esta fase antes de que haya evidencia bioquímica de disfunción orgánica, mostrando:
Hiporexia o anorexia.
Letargia.
Vómito.
Poliuria-polidipsia.
Fiebre.
Como la leptospirosis puede progresar rápidamente a lesión renal aguda, debe considerarse en perros con enfermedad febril de inicio agudo, especialmente si no están vacunados.
Diagnóstico
¿En qué perros se debe sospechar leptospirosis?
Leptospirosis debe considerarse un diagnóstico diferencial en cualquier perro evaluado por lesión renal aguda, especialmente acompañada de disfunción hepática o evidencia de hemorragia pulmonar.
Aunque se ha reportado en perros adecuadamente vacunados con vacunas tetravalentes, otros diagnósticos diferenciales deben considerarse más probables en perros adecuadamente vacunados.
¿Qué esperar del hemograma, la bioquímica, el urianálisis y la hemostasia secundaria?
Las alteraciones clinicopatológicas observadas en fases posteriores de la enfermedad reflejan su naturaleza multisistémica, incluyendo daño orgánico directo y complicaciones secundarias como neumonía por aspiración, pancreatitis, translocación bacteriana intestinal o sepsis.
Los cambios observados se ven influenciados además por el momento de presentación, la gravedad de la enfermedad y los tratamientos previos.
Hemograma:
Los hallazgos más comunes incluyen neutrofilia (27%-94%), aumento de neutrófilos en banda (3%-81%), linfopenia (2%-29%), monocitosis (29%-68%), trombocitopenia (14%-73%) y anemia no regenerativa de leve a moderada (18%-92%).
Con poca frecuencia, se produce anemia grave, que puede seguir a una hemorragia gastrointestinal o pulmonar.
Bioquímica:
Las alteraciones reflejan disfunción orgánica y pueden mostrar diferentes perfiles dependiendo del origen geográfico o el momento de presentación.
El daño renal agudo se asocia con un aumento de las concentraciones de nitrógeno ureico en sangre (54%-100%), creatinina (55%-100%) y fosfato (42%-100%).
El daño hepático se manifiesta por un aumento de la actividad enzimática hepática, dominado por un aumento de la fosfatasa alcalina (19-94%) y, en menor medida, de la ALT (22-87%) y la AST (28-69%).
La hiperbilirrubinemia (15-94%) suele presentarse en ausencia de otros signos clinicopatológicos de insuficiencia hepática.
La hipoalbuminemia leve a moderada se observa con frecuencia en perros con leptospirosis (18%-88%).
Las anomalías electrolíticas pueden estar relacionadas con disfunción gastrointestinal o renal y pueden verse agravadas por daño tubular por la endotoxina de leptospira.
Las anomalías electrolíticas notificadas con frecuencia incluyen hiperpotasemia (12%-53%), hipopotasemia (17%-41%), hiponatremia (12%-64%) e hipocloremia (12%-46%).
Urianálisis:
En perros con leptospirosis se obtiene isostenuria, pero también se ha informado de hipostenuria.
La glucosuria renal (18%-83%) y la cilindruria (8%-67%) son indicadores específicos de daño tubular.
Se ha reportado proteinuria en la mayoría de los perros con leptospirosis (28%-81%) y su magnitud suele ser de leve a moderada (UPC < 5), aunque se han informado valores de hasta 20.
Otros cambios observados incluyen piuria leve ocasional (0%-100%), hematuria (17%-74%) y bilirrubinuria (20%).
Las leptospiras no suelen ser visibles en el sedimento urinario con microscopía óptica de rutina.
Hemostasia secundaria:
La evaluación de la hemostasia secundaria en perros con leptospirosis indica anormalidades en hasta el 83% y coagulación intravascular diseminada en el 6%-44% de los perros con leptospirosis.
Las anormalidades más comunes incluyen hiperfibrinogenemia (43%-75%), hipofibrinogenemia (20%), tiempo de protrombina prolongado (6%-33%), tiempo de tromboplastina parcial activada prolongado (6%-83%), baja concentración de antitrombina (94%) y concentraciones aumentadas de dímero D (39%-63%).
¿Cuáles son las pruebas de diagnóstico disponibles?
El diagnóstico específico se basa en sospecha clínica junto con resultados de pruebas serológicas y pruebas de amplificación de ácido nucleico.
Como todas las pruebas disponibles tienen limitaciones, se recomienda aplicar una combinación de pruebas serológicas y pruebas de detección de organismos para optimizar el diagnóstico.
¿Qué es la prueba MAT y cómo se interpreta?
La prueba de aglutinación microscópica (MAT) es el estándar de referencia, reportando el título sérico donde el 50% de los organismos se aglutinen.
Los laboratorios veterinarios típicamente incluyen 6-7 serovares, mientras que laboratorios de referencia para humanos pueden incluir más de 30.
El período de incubación es aproximadamente 2-14 días.
Durante la primera semana de enfermedad, los títulos son negativos o bajos porque hay tiempo insuficiente para producir anticuerpos detectables.
Un título MAT único >1:800 tiene una sensibilidad estimada de solo 50%.
Por el contrario, a menos que sea muy alto (>1:3200), un único título positivo de MAT carece de especificidad y los títulos altos en los primeros días de enfermedad deberían despertar sospechas de:
Vacunación previa reciente.
Exposición subclínica reciente.
Mayor duración de la enfermedad causada por Leptospira.
Se recomienda un intervalo de 7-14 días entre muestras de fase aguda y convaleciente para identificar seroconversión (aumento ≥ 4 veces).
¿Cuáles son las limitaciones de MAT?
Los resultados serológicos no deben usarse para hacer conclusiones firmes sobre el serovar infectante debido a reactividad cruzada serológica, especialmente al inicio de la enfermedad, y la posibilidad de ausencia del serovar infectante en el panel.
Los títulos pueden persistir al menos 1 año después de infección natural.
Después de vacunación, los títulos post-vacunales pueden persistir más tiempo y mantenerse en niveles altos (≥1:1600), incluyendo títulos a serovares no vacunales si hay exposición continua a cepas de campo.
¿Qué pruebas “rápidas” podemos realizar?
Las pruebas serológicas rápidas basadas en tecnología de flujo lateral consisten en la detección rápida de anticuerpos contra leptospiras patógenas en perros.
A continuación puedes consultar una tabla con diferentes tests rápidos empleados en varios estudios, incluyendo sensibilidades y especificidades:
Diferentes estudios sugieren que un resultado IgM positivo en un perro no vacunado con signos consistentes con leptospirosis apoya fuertemente el diagnóstico (especificidad > 97%).
¿Qué ventajas tienen las pruebas de detección de ADN?
Las pruebas de amplificación de ácido nucleico pueden detectar ADN de Leptospira en sangre u orina temprano en el curso de la enfermedad, antes de que ocurra respuesta serológica.
Para optimizar sensibilidad, las muestras deben recolectarse antes de administrar antibióticos.
Se recomienda enviar tanto sangre como orina.
En humanos, la fase leptospirémica es muy breve, con sensibilidad de 86% durante los primeros 6 días de enfermedad, disminuyendo a 34% después de 7 días.
En un estudio en perros, la sensibilidad fue 25% en sangre y 69% en orina, con especificidad del 100% para ambos.
¿Cuáles son las principales consideraciones en la evaluación de las muestras moleculares?
La heparina puede interferir con ensayos moleculares, por lo que la sangre debe recolectarse en tubos EDTA.
La estabilidad del ADN puede verse adversamente afectada por almacenamiento.
Tiempos de muestreo:
Orina: < 3 días a 4°C.
Sangre: < 14 días a 4°C.
Ambas: dentro de 28 días a -20°C, con máximo 3 ciclos de congelamiento-descongelamiento.
Un resultado positivo en sangre junto con signos clínicos consistentes es diagnóstico.
Un resultado negativo no descarta leptospirosis, especialmente considerando que el ADN de leptospiras patógenas puede encontrarse en orina de hasta 20% de perros aparentemente saludables.
¿Cuál es la “definición de caso” para leptospirosis en perros?
Caso probable: Cumple criterios clínicos y tiene ≥ 1 criterio de laboratorio de apoyo.
Caso confirmado: Cumple criterios clínicos y tiene ≥ 1 criterio de laboratorio confirmatorio.
Criterios clínicos:
Inicio de enfermedad sistémica (fiebre inespecífica, letargo, poliuria, polidipsia, anorexia) en los últimos 14 días, con o sin otros signos sugestivos de leptospirosis:
Gastrointestinales (vómitos, diarrea, dolor abdominal).
Pulmonares (taquipnea, tos, hemoptisis).
Oculares (uveítis, conjuntivitis, inyección escleral, hemorragias retinianas puntiformes).
Sospecha clínica de ERA (oliguria/anuria).
Ictericia.
Hemorragias (equimosis, petequias, epistaxis, hematuria, melena, hematemesis).
Dos o más anormalidades clínico-patológicas:
Leucocitosis neutrofílica.
Trombocitopenia.
Evidencia bioquímica de daño renal agudo.
Evidencia de hepatopatía colestática.
Evidencia de pancreatitis.
Actividad CK aumentada.
Glucosuria sin hiperglucemia.
Sedimento urinario activo.
Hallazgos radiográficos consistentes con hemorragia pulmonar.
Hallazgos ecográficos abdominales consistentes con leptospirosis
Arritmias cardiacas documentadas o troponina sérica aumentada.
Criterios específicos de laboratorio:
Apoyan el diagnóstico:
Título de MAT de Leptospira ≥ 800 en ≥1 muestra de suero.
Detección de anticuerpos IgM contra Leptospira en una muestra de suero en fase aguda.
Detección de leptospiras patógenas en orina mediante una prueba de amplificación de ácidos nucleicos.
Visualización de espiroquetas en una muestra de sangre u orina mediante microscopía de campo oscuro por un laboratorio de referencia especializado en Leptospira.
Confirman el diagnóstico:
Aumento de cuatro veces o más en el título de aglutinación de Leptospira en un solo laboratorio entre muestras de suero de fase aguda y convaleciente.
Detección de leptospiras patógenas en sangre mediante una prueba de amplificación de ácidos nucleicos.
Aislamiento de Leptospira a partir de una muestra clínica por un laboratorio de referencia de Leptospira.
En breve compartiré la segunda parte donde revisaremos el tratamiento y pronóstico de la enfermedad 🤓
¡Gracias por formar parte de VETPIL! 😊
- Carlos Martínez Gil