¡Hola! 👋
Hoy traigo algo muy especial para todos los suscriptores Premium 😊
Se trata del abordaje paso a paso de un caso digestivo trabajado e investigado mediante el enfoque de “lista de problemas”.
Sin duda esta metodología resulta fundamental a la hora de afrontar cualquier caso de medicina interna, persiguiendo razonar y justificar la realización de pruebas en base a descarte de procesos e investigación de hipótesis probables 🤓
Te adjunto también la interpretación de las pruebas realizadas.
Vamos con la primera parte…¡Espero que sea de tu interés! 👍
Resumen
La enteritis eosinofílica es la segunda forma más común de enfermedad inflamatoria intestinal en perros.
La diarrea, la pérdida de peso y el dolor abdominal son los signos clínicos más comunes de la enteritis eosinofílica y la enteropatía perdedora de proteínas.
El manejo de la enteritis eosinofílica en perros implica el uso de fármacos inmunosupresores y restricción de alérgenos, junto con terapia sintomática.
Las pruebas de eliminación alimentaria también pueden ayudar en el tratamiento de estas afecciones.
Los objetivos del tratamiento son reducir la diarrea y los vómitos, promover el apetito y el aumento de peso, y disminuir la inflamación intestinal.
A pesar de la buena respuesta al tratamiento, el pronóstico de la enteritis eosinofílica sigue siendo reservado.
Reseña, historia y examen clínico
Se presenta en la consulta una perra Schnauzer miniatura de 1 año, entera, correctamente desparasitada y vacunada, con una historia aguda (5 días) de vómitos intermitentes (bilis), melena, anorexia, dolor abdominal y pérdida de peso.
La perra había sido evaluada por el veterinario remisor 12 horas después del inicio de los signos y recibió tratamiento sintomático.
Pese a ello, su estado clínico continuó empeorando y tuvo que ser reevaluada.
Las pruebas iniciales realizadas incluyeron hemograma, bioquímica, SNAP cPLI (Tablas 1 y 2, Día -3) y radiografías torácicas y abdominales (sin hallazgos macroscópicos relevantes).
En base a la historia, signos clínicos, hallazgos del examen físico y resultados de las pruebas laboratoriales, se emitió un diagnóstico presuntivo de gastroenteritis infecciosa y fue hospitalizada.
Se administró fluidoterapia intravenosa, antibioterapia de amplio espectro, antieméticos y terapia gastroprotectora.
El estado clínico de la perra permaneció sin cambios y el hemograma realizado 48 horas más tarde reveló una reacción leucemoide (Tabla 1, Día -1).
El tiempo de sangrado de la mucosa bucal fue normal.
Valoración inicial tras la remisión
En consulta la perra estaba aletargada pero responsiva a estímulos.
Su peso corporal era de 6,9 kg (CC 4/9).
En el examen físico las mucosas estaban rosadas y secas.
El TRC era de 2 segundos.
Se observó una deshidratación leve (~5%).
La auscultación cardíaca y pulmonar fueron normales (frecuencia cardíaca 110 lpm, frecuencia respiratoria 22 rpm).
Los pulsos femorales eran fuertes y sincrónicos.
Los ganglios linfáticos periféricos se encontraban dentro de los límites normales.
La palpación abdominal demostró dolor moderado (aspecto craneal).
La temperatura rectal fue de 37,6ºC.
Diagnósticos diferenciales
La lista de problemas incluía:
Vómitos.
Melena.
Dolor abdominal (craneal).
Anorexia.
Pérdida de peso.
Deshidratación leve (~5%).
Hipotermia.
Los vómitos pueden deberse a causas gastrointestinales o extra-gastrointestinales.
Las causas gastrointestinales pueden subclasificarse en obstructivas o no obstructivas.
Las primeras pueden ser completas o parciales (ej. invaginación intestinal, cuerpo extraño).
En el presente caso una obstrucción completa parecía menos probable debido a los antecedentes; sin embargo, no se pudo descartar una obstrucción parcial.
Las causas no obstructivas incluyen: infecciones (ej. parasitarias, bacterianas, protozoarias, virales o fúngicas), inflamatorias (ej. enteropatía responsiva a dieta / antibióticos / inmunosupresores / no responsiva), linfangiectasia y neoplasia.
Aunque ninguna de estas causas podía descartarse, enfermedad neoplásica parecía improbable dada la edad de la perra.
Las causas extra-gastrointestinales pueden ser secundarias a enfermedades pancreáticas, hepáticas, endocrinas, renales, esplénicas y neurológicas.
Dada la historia clínica, los antecedentes y las pruebas previas, era posible la presencia de una pancreatitis, un hipoadrenocorticismo, o una combinación de ambas.
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