Consenso: diagnóstico y tratamiento de la enfermedad renal aguda en perros y gatos (II)
Resumen de todo lo que necesitas saber sobre la enfermedad renal aguda en perros y gatos.
¡Hola! 👋
Tras el elevado interés generado en la primera publicación continuamos con la segunda parte 🤓
Declaración:
“Se deben realizar pruebas de diagnóstico que informen sobre la etiología de la ERA específica del área geográfica, ya que el conocimiento de la causa subyacente puede guiar el tratamiento. Se debe realizar un análisis de orina en todos los pacientes veterinarios con ERA. Cuando se desconoce la etiología, también está indicado el urocultivo. Se deben realizar estudios de diagnóstico por imagen (ej. ecografía) para evaluar la posible etiología (ej. obstrucción ureteral o cambios que sugieran toxicidad por etilenglicol), comorbilidades y la morfología renal (puede proporcionar información pronóstica si la morfología indica enfermedad crónica)”
100 % acuerdo.
Como parte del estudio diagnóstico de ERA, se debe realizar un análisis de orina completo que incluya:
Gravedad específica.
Tira reactiva.
Examen del sedimento.
La evidencia de ERA puede incluir:
Formación de cilindros indicativa de lesión tubular directa.
Cristaluria (ej. oxalato de calcio monohidrato o dihidrato en toxicidad por etilenglicol).
Bacteriuria (ej. pielonefritis).
Se recomienda el urocultivo cuando existe sospecha de infección bacteriana o cuando no se puede excluir la pielonefritis.
La glucosuria renal adquirida indica lesión tubular proximal, mientras que la proteinuria renal, dependiendo de la magnitud, puede indicar lesión glomerular (generalmente UPC > 2) y/o tubular.
La ecografía es la modalidad de diagnóstico por imagen más empleada para evaluar el tracto urinario, incluida la morfología del riñón, pudiendo ayudar a diferenciar la enfermedad aguda de la crónica.
La evaluación ecográfica también es útil para la identificación de obstrucción ureteral donde se puede observar pielectasia y dilatación ureteral proximal a una obstrucción.
Una evaluación cuidadosa del uréter puede revelar la causa de la obstrucción (ej. ureterolito).
Sin embargo, la falta de identificación de un ureterolito (ej. formación de estenosis) y la ausencia de pielectasia (o mínima), no excluyen un proceso de enfermedad obstructiva.
La radiografía y la tomografía computarizada (TC) constituyen modalidades de apoyo, según el caso individual y la necesidad de imagen de otros sistemas del cuerpo.
El riesgo relacionado con el uso de agentes de contraste (ej. iohexol) y la nefropatía inducida por contraste en perros y gatos con ERA todavía no se ha evaluado de una forma completa.
Sin embargo, se han reportado casos individuales de sospecha de nefropatía inducida por contraste en animales con una función renal basal aparentemente normal.
Un estudio reciente sugiere que aproximadamente el 2% de los perros pueden demostrar daño renal clínicamente relevante después de la administración de contraste. No obstante, se desconoce el grado de contribución de la posible enfermedad renal subyacente o el protocolo anestésico empleado.
Podemos concluir por lo tanto, que el riesgo/beneficio de realizar una TC con contraste debe valorarse de forma individual.
Declaración:
“La evaluación por aspirado o biopsia de riñón no se realiza comúnmente para el diagnóstico de ERA, pero podría usarse para caracterizar el patrón de lesión dentro del riñón (ej. glomerulonefritis aguda, neoplasia)”
100 % acuerdo.
Se puede considerar el aspirado con aguja fina ecoguiado cuando existe sospecha de neoplasia (ej. linfoma), pero rara vez confirma otras etiologías.
Siempre se debe considerar el estado de la coagulación previo a la toma de muestras.
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